Las Reliquias de la Muerte, Parte II: diferencias entre el libro y la película.

Si pensabais que me iba a quedar en el artículo anterior... os habéis equivocado. De momento y para comenzar, lo que puedo deciros es que he salido bastante satisfecha del cine. ¡Sí, yo! Aunque parezca mentira, me ha gustado el resultado final de la película que han rodado. 

Obviamente, lo que voy a hacer en este artículo va a ser diferente a lo anterior. Esta vez no tengo la película delante, ni el libro en la mano, para ir comparando escena a escena para ver qué han cambiado. Pero sí puedo ofreceros una versión general del filme, los cambios más significativos y una crítica sobre varios aspectos de lo que nos han ofrecido. Por supuesto, debéis contar con que hay spoilers, así que es mejor que no sigáis leyendo si no queréis que os desvele el final

Comencemos por aquellos aspectos técnicos de los que ya me he acostumbrado a hablaros nada más empezar. Lo que más me llama la atención es que, por primera vez, la propia Jotaká ha hecho de productora en la saga cinematográfica. No sé por qué ha esperado hasta la última, pero considero que si hubiera intervenido antes, otro gallo nos habría cantado. Ha llegado en un momento en que su opinión como productora ya no cuenta: no cuidó mucho su obra siendo la autora, pero ahora que pone dinero y tiene poder para que se hagan las cosas bien, está todo tan desencaminado que no puede hacer nada, salvo apechugar con lo que ha permitido anteriormente (y poner la mano para recibir el cheque). En dirección y guión sigue nuestro 'querido' Dúo Maléfico y creo que ya sabéis lo que opino de este pairing. Por un lado, les deseo una muerte lenta y dolorosa. Por otra parte, y como ya he mencionado en otros artículos, con ellos dos se ha detenido el baile de directores, por lo que se nos presenta una continuidad en los aspectos técnicos de la película: la forma de rodaje, la fotografía, intencionalidad en la historia, el predominio de unas tramas sobre otras... Algunos de los efectos especiales, como los dementores y el humo negro, se ha respetado. Todo eso porque sigue mi amado Yates (por favor, léase con ironía). 

Los decorados del castillo o de Gringotts han sido creados en un estudio cinematográfico (Leavesden Studio) debido a que muchos eran localizaciones reales que, por exigencias de guión, debían ser destruidas en La Segunda Batalla de Hogwarts. Lo han hecho muy bien, exceptuando un caso: Gringotts. Aunque recordemos que en las películas, es La Primera Batalla de Hogwarts ya que que en El Misterio del Príncipe decidieron no poner la escaramuza mortífaga dentro del castillo tal y como lo escribió Jotaká..

Volviendo al caso de Gringotts, si vemos la primera película nos daremos cuenta de que es un lugar muy espacioso, de forma que entre un mostrador y el de enfrente puede haber cinco o seis metros de distancia. Reconozco que no se me da muy bien eso de calcular medidas a ojo y puede que exagere o me quede corta con las distancias que he expuesto: pero desde luego, puedo asegurar que tengo una buena memoria visual y en esta última película el banco mágico ha sufrido un estrechamiento. No sólo eso, sino que también hay menos mesas de duendes atendiendo al público. Es decir, por las características del rodaje han creado parte del escenario en un estudio (sólo el mobiliario, ya que el resto se ha añadido por ordenador y se usó la sábana verde para que se pudiera crear)... aunque les quedara un pelín estrecho y pequeño comparado con el original. No obstante, no puedo sino alabar el gran trabajo que hicieron. 

 

Los efectos especiales, así como el maquillaje y la caracterización de los personajes, tendrán su propio apartado al final del artículo, si me lo permitís. Tengo mucho que decir sobre ellos y no sólo de esta película, sino de las anteriores también, ya que son aspectos que han arrastrado desde entregas previas.

Antes de continuar, dejadme que os cuente una de las anécdotas de Pescadora. Esta película, sin duda alguna, ha sido especial para todos los fans de la saga y, por supuesto, para mí también. Así que para el estreno abandoné momentáneamente las Islas Canarias (¡sí, ésas que se nombran el sexto libro! ¡Canarias es canon! xDD) para irme a Madrid. ¿El motivo? El equipo de Intruders hizo una quedada para ver juntas la película, así que ya podéis imaginaros el descojone y los comentarios durante la exhibición. Y sí, os haré partícipes de ellos ya que este artículo también es la narración de lo que pasó en esa quedada.

Así que señoras... ¡nos metemos directamente en el meollo del artículo!

Como ya he dicho, soy de una isla y tenía que coger un avión a mis seis de la mañana del día 14, avión que, obviamente, se retrasó dos horas. Así que Pescadora se plantó en los madriles cuando ya llevaba unas 24 horas sin dormir y no pilló la cama hasta las 3 de la madrugada del día 15. También he comentado que fuimos varios miembros del equipo, pero también se vino una amiga mía de otra parte de la península. De ella debo decir que milita en el fandom het, pero (siempre debe haber un “pero”) ¡acabó haciendo comentarios eslaseros! Veréis como acabamos reclutándola para el Lado Oscuro del fandom.

Tras un largo viaje en metro para llegar al hotel desde el aeropuerto de Barajas, volver al centro de la ciudad y quedar con Rowena (perteneciente a La Mazmorra del Snarry y beta de estos artículos), almorzar juntas y ver partes del centro de Madrid, a eso de las 10:30-11 de la noche, por fin pude ver a Heiko. Habíamos acordado que 'no hablaríamos de nada de Intruders', pero esa noche acabamos publicando el artículo de la premiére que nos redactó Sango Evans. 

El día 15, el DÍA HP nos reunimos Daynes (mi amiga), Veroboned, Heiko y yo para ver la película. Por comodidad, decidimos verla cerca de donde estaba el hotel donde Daynes y yo nos hospedábamos... y debo decir una cosa: ¡nunca había visto un cine tan grande! Sí, en mi ciudad hay un YELMO CINEPLEX, pero no con tantas salas y desde luego, no tan grandes como la que nos tocó. Puede parecer una estupidez que me emocione o impresione de esa forma, y cierto es que Canarias pertenece a España, pero no dejamos de estar a más de dos mil kilómetros de la Península Ibérica y ser una región ultraperiférica de la Unión Europea. Así que a una, ‘que es de pueblo’, estas cosas la impactan. Es una tontería decir que 'no había un hueco libre' porque no lo había, sin embargo, me emocionó mucho ver que todo el público quedó en silencio cuando comenzó la película. 

¿Y cómo empezó? Con Voldemort en la isla donde está el sepulcro de Dumbledore: justo la escena donde terminaba la anterior. Lo siguiente que vimos fue a Snape y, como buena snarry-fan, no pude aguantarme el suspiro, provocando ciertas risas de las personas que me acompañaban. Es más, tuvieron suerte de que yo no me pusiera a gritar algo como “Tío bueno, ven pa'cá que te como entero” porque tenía la boca llena de nachos. 

La parte que ocurre en la casa de Bill, porque se supone que es la casa de Bill y no la casa de una tía de los Weasley (como dicen en la película) está ligeramente modificada. Al margen de los personajes que faltan, como Dean Thomas, (que también estaba en la mansión Malfoy) y de Luna (de la que ya comentaré acerca de su 'desaparición' más adelante), nuestro trío protagonista pasa más tiempo en El Refugio del que se da a entender en la versión cinematográfica, ya que parece que acaban de llegar y, tras comer algo y hablar con quienes les interesaba, se han marchado a seguir su aventura.. No obstante, hay que reconocer que es lógico que acortaran esta parte, así como lo sucedido en Gringotts. Eso sí, chicas, ya sabemos cómo es Draco: 25 centímetros y relativamente flexible. ¡Lástima que Ollivander no nos diera el grosor! He aquí una de las partes de la película que más apreciaciones recabó por parte de las slashers que asistimos.

 

Como en el artículo anterior, quiero volver a expresar mi admiración por el trabajo de Helena Boham Carter porque interpretó a sus personajes de puta madre. Verla como 'Hermione haciendo de Bellatrix' fue impresionante. Realmente increíble. Nuestra única reacción fue decir “¡Qué bien lo hace!” entre susurros, y reírnos con el “Buenos días” tan agudo de Bellatrix cuando se encuentra con otro mortífago en el Callejón Diagon. También esta escena está algo modificada, imagino que por los mismos motivos que la anterior: acortar la película y evitar gasto de más en efectos especiales. ¿Qué nos falta? El mortífago al que saludó Bellatrix, que se apunta a ir con ella al banco mágico y que él también entre en la cámara. Por cierto, espectaculares los efectos en esta parte y muchos '¡ooh!' lastimeros en el cine ante la vista de ese dragón herido. 

La huida del banco y llegada al descampado para hablar sobre los Horcrux estuvo bien, salvo por el siguiente fallo: Harry vuelve a sufrir de ataques de ciencia infusa. Durante TODA la película. Pasan desapercibidos, pero están ahí. Y volviendo a esta escena... ¡joder cómo han crecido los niños! Más de un@ suspiró en la sala, pero hay un detalle que no sé si habréis percibido. Veréis, en la caída de la vagoneta cuando Hermione vuelve a ser ella misma y están a escasos centímetros del suelo para darse el 'golpe padre' y matarse, se ve un precioso primer plano con todos flotando sobre el suelo. El plano debe sonaros porque es una imitación de Misión Imposible, pero no es eso lo que quiero decir. Me resulta muy hipócrita que en esa escena le podamos echar un ojo al escotazo a Emma pero que en la escena siguiente, veamos cómo los chicos se quitan la camiseta y ella no. Vamos, que sólo ellos necesitan sacarse de encima la ropa empapada, pero a ella le basta con quitarse la capa y dejarse un traje ceñido para taparse con una manta. Muy coherente, de verdad. Y aún más, cuando en la siguiente escena están todos con ropa nueva, seca y limpia cuando se aparecen en Hogsmeade. Desde luego, aquí ninguna de las cuatro que estábamos allí se cortó, por lo que se dijeron muchas burradas.

 

Aquí se ha producido el cambio que más me ha dolido de toda la historia: el relato de la vida de Dumbledore. La omisión de la auténtica, con lo que le pasó a Ariana, el enamoramiento de Albus hacia Grindelwald... ¡joder, qué se cargaron la trama! Y ahí estaba yo, con las manos abiertas y extendidas a la altura de la cara, preguntándome qué habían hecho. Mientras, a mi lado, Heiko y Daynes me susurraban un “Cálmate” para intentar tranquilizarme. Pero a ver, somos slashers y nos pasamos el día uniendo a personajes heterosexuales, convirtiéndolos en bisexuales o gays, creando historias sobre lo que nos gustaría ver. En más de 700 personajes que tiene toda la saga de Harry Potter sólo hay uno del que Jotaká nos ha dicho “es gay”: Albus Dumbledore. ¡Y nos lo quitan! ¿Por qué? Imagino que será por la cuestión de 'dar una buena imagen' o simplemente que al Dúo Maligno no le gustaba, pensaron que no era adecuado o fue algo más sencillo: la única neurona que suman entre los dos decidió hacer un cambio para acortar la escena. Sea como sea, no tiene perdón y me cabrea más porque Jotaká, ya no sólo como autora sino también como productora, podía haberse negado a este cambio, pero no fue así. Sus razones tendrá, pero por lógicas que sean jamás las entenderé. 

La llegada a Hogwarts desde Cabeza de Puerco está muy modificada, pero les ha quedado bien: es mucho más ligera y divertida que en libro. No obstante, aquí se producen las dos grandes cagadas de la película: Luna y Helena Ravenclaw. Por si no os fijasteis, Luna va vestida con el pantalón malva y la camiseta azul que llevaba en la mansión Malfoy. Sin embargo, no la vimos en El Refugio, ni ha acompañado a nuestro trío heroico en sus andaduras por el callejón Diagon. Entonces, ¿cómo ha llegado Luna hasta el castillo? En la película no tengo ni idea, pero en el libro os puedo aclarar que aparece cuando los miembros del ED usan sus monedas y aparece allí con los miembros que ya no están en el colegio, como es el caso de Cho Chang. En lo que respecta a Helena, debemos hacer memoria y recordar lo que ve Harry en el lago tras saltar del dragón. Encuentra el escudo de Ravenclaw y a una mujer, pero cuando habla con Ron y Hermione les dice que “He visto a Rowena Ravenclaw”. ¿Alguien me explica por qué Harry sabe que esa mujer es Rowena Ravenclaw? Tengamos en cuenta que no ha visto nunca un retrato de ella, pero vamos, que él sabe que es Rowena… aunque cuando habla con el fantasma, la llama Helena. 

Hay que reconocer que son los dos fallos argumentales más graves que tiene la película, porque el otro que encuentro es ‘más pasable’. Nunca he ocultado mi condición de snarry-fan orgullosa a pesar de la mala opinión que tengo de Severus Snape. Dejando de un lado el ámbito de Fandomium para centrarnos en el canon, Severus Snape es un personaje desagradable, hosco, sarcástico, hiriente, muy ambiguo en sus lealtades y físicamente no muy agraciado. Imagino que el tener a Alan Rickman interpretándolo ha hecho que muchas de nosotras lo veamos como un personaje físicamente atractivo, porque Alan es un hombre guapo dentro de su estilo, eso no se lo podemos negar. Ha hecho un gran trabajo con este personaje y ha sabido transmitir mucho del mismo a pesar de lo poco que aparece en pantalla. En toda la saga se ha ninguneado a Severus, pero por fin ha cambiado este hecho. Se le dan las escenas que son. Ni más ni menos. 

¿A dónde quiero llegar? A que nos muestran la realidad de Severus Snape tal cuál es, con algún ligero cambio. Por ejemplo, la pelea contra Minerva no tiene lugar en el Gran Comedor, sino en uno de los pasillos, pero al hacerlo así han aligerado la película. Juntan un par de escenas, la pelea entre ambos profesores y el discurso de McGonagall en el Gran Comedor donde les da elegir a los alumnos mayores de edad entre quedarse a luchar o marcharse, se evacua a los menores de edad y a los slytherin ni se les ofrece la oportunidad de permanecer en el castillo y defenderlo. En la película no se facilita esta opción: allí luchan todos, menos los slytherin que son encerrados en la mazmorra. ¡Cómo aplaudió todo el cine! Vítores por doquier y más de un “¡Ya era hora!”, se escucharon por toda la sala. Y sí, fui la primera en unirme a sus gritos. 

Por cierto, ¿recordáis que durante los últimos artículos no he parado de referirme al ‘humo negro’ y ‘cómo vuelan los mortífagos’? Por una sencilla razón: el único que vuela es Lord Voldemort, pero Severus huye de Minerva volando por una ventana del pasillo donde peleaban, en la versión literaria. En la película, le vemos convertirse poco a poco en humo, hasta que sale de allí. Muy buenos efectos especiales, pero se pierde el “Ha aprendido bien de su amo” que exclama Minerva aunque lo suplen con un -en ese momento, bien merecido “¡Cobarde!”. 

 

A estas alturas, vamos ya por la mitad de película o puede que un poco menos pero llegamos a lo realmente importante, a lo que todos hemos estado esperando: La Batalla de Hogwarts. Sinceramente, cuando supe que la batalla duraría tanto tiempo pensé que podría ser algo que jugara en contra de la película. Es decir, tenemos más de una hora de pelea continua, de hechizos, de objetos y personas volando por los aires, de efectos especiales… que nos guste o no, acaban por embotarnos. Sin embargo, han dado con una buena solución para esto: han conseguido que el espectador no se canse ni agote mentalmente siguiendo toda la acción de la película. ¿Cómo? Pues de la forma más sencilla posible: el humor. Durante esta mitad del filme nos dejan caer pequeños detalles para romper la tensión, y debo admitir que a mí me gustaron mucho. Así que nada, voy a romper otra lanza más a favor del Dúo Maléfico. Voy a defenderlos y todo, que hay que saber ser objetiva en estas cosas. 

La batalla comienza con una gran escena, para mí la más emocionante de toda la película (quitando la parte de los recuerdos de Severus). Ver a Minerva gritando “¡Hogwarts ha sido amenazada! ¡Guardad sus lindes! ¡Protegednos!” fue algo que me puso la piel de gallina y que a día de hoy lo sigue haciendo. (Es más, en mi tercer y cuarto visionado de la película comencé a llorar desde esta parte. En el estreno fue más adelante, ya diré cuando.) Sin embargo, después de una escena tan emocionante, escuchar cómo dice “Qué ganas tenía de usar ese hechizo” poniendo cara de niña traviesa... Sí, te ríes, ¿para qué negarlo? Pero este comentario rompe brutalmente con la intensidad de lo que se nos viene encima. Es un cambio tan radical que no sé cómo tomarme. La primera vez, las cuatro que estábamos en el cine nos reímos mucho (como el resto de espectadores) y sobre todo, con esa cara de niña buena pillada en falta de Minerva. Claro que, según ves la película más veces, te das cuenta del auténtico motivo que esconde esa frase: la de romper la tensión, como muchas otras. 

¿Qué otros comentarios surgen por este motivo? El grito de Luna llamando a Harry en las escaleras, la conversación entre Remus y Shackelbolt o los gemelos. O el beso entre Ron y Hermione que, aunque cambiado de sitio en la trama, también rompe con la tensión producida por la destrucción de un Horcrux. Y hablando de estos dos, tenemos más momentos: el grito de “¡Eh! ¡Qué es mi chica!” en la sala de los menesteres. “¿Y si Harry ha entrado en la sala de los menesteres? Esa sala desaparece, lo dijiste el año pasado”, fueron las líneas de diálogo que consiguieron que yo (que ya estaba libre de nachos y palomitas y no lo pude remediar) gritara en medio del cine consiguiendo las risas y los “Pescadora, compórtate” de quienes iban conmigo, pero también los aplausos de los fans acérrimos sentado en las filas de delante, detrás y en la mía propia. ¿Qué grité? Pues algo originado por una cuestión de deformación profesional debido a estos artículos: “¡Mentira, eso no sale en las películas anteriores!”. 

 

Pero sin duda, el mejor comentario rompetensión de todos; el que logró que la sala en peso aplaudiera y gritara de alegría. El que consiguió que por un momento me apiadara del Dúo Maligno y sólo les deseara la muerte (ya no de forma lenta y dolorosa), y que consiguió que una servidora gritara “¡Sí, ¡Esto tendría que haber pasado en el libro! ¡Yates, te quiero!” (Como veis sufrí de enajenación mental transitoria y de aquí en adelante negaré haber gritado esa última frase) ha sido dicho por Neville, “¿Habéis visto a Luna? Estoy loco por ella y quiero decírselo”. 

Si yo militara en el het, esta sería una de mis parejas favoritas para escribir sobre ella. Son tal para cual, y que Jotaká decidiese emparejarlos con personajes ultrasecundarios, es algo que no le perdonaré jamás. Pero sí, el dúo Maléfico por fin se ha inventado algo con lo que todos los fans estamos de acuerdo. 

Sobre el resto de la batalla y el final, no me extenderé mucho. Estoy convencida de que hay más de un@ leyendo este artículo sin haber visto aún la película y no quiero espoilear. Y sé qué me preguntaréis, 'Pero Pescadora, ¿de qué spoilers hablas si el libro es del 2007?'. Lo que puedo responderos es que, para mí, hace tiempo que la película cuenta otra historia y por lo tanto, tiene un final distinto, como el caso de los Malfoy. 

 

Sin embargo, no puedo dejar de hablar de las escenas Snape. No podría, porque sería un delito no hacerlo y porque tengo mucho que comentar de ellas. Para empezar, ¿os habéis fijado en la bufanda de gryffindor que cuelga tras Severus en el embarcadero? Porque está ahí y no sé qué pinta en esa escena. Si es simplemente por 'poner algo que decore' o si fue colocado con intencionalidad, para darnos a entender desde el principio que Severus no es lo que parece. La actuación de Alan es sublime y de lo único que me voy a quejar es del gesto que hace con la mano cuando, tras el ataque de Nagini, comienza a soltar sus recuerdos en forma de lágrimas y Harry las recoge. No sé, el gesto no me termina de gustar, queda algo raro. Y sobre los recuerdos... Sí, lloré. Lo admito. Es más, para esta parte de la película era un mar de lágrimas, aunque no fuera la única en la sala. Tres de nosotras no parábamos de llorar y pasarnos pañuelos para limpiarnos la cara mientras otra susurraba “Pero chicas, que ya sabéis cómo acaba esto”. Además, durante el ataque de Nagini volvía a ponerme nerviosa con las manos extendidas y diciendo una y otra vez “Me lo mata, que me lo mata”. Y por supuesto, Heiko me recordó que sí, que lo matan. Sin embargo, he de puntualizar que esos susurros míos se debieron a que en mi mente llegó a pensar 'lo matan y nos dejan sin recuerdos'. ¡Menos mal que no fue así!

Por supuesto, los recuerdos están modificados, no salen todos los que son y se inventan uno: Severus yendo a la casa de Harry la noche de la muerte de James y Lily. Esa imagen con Severus abrazado a Lily, sin dejar de llorar y Harry llorando también en su cuna, es desgarradora. Y no sé qué me impactó más: si ver a Severus llorando por Lily, o a nuestro querido bebé al fondo, siendo ignorado y sin que nadie lo consolara tras ver lo que ha pasado ante él. No obstante, tengo una queja respecto a toda esta secuencia: ¿alguien podría explicarme cómo es que Severus sabe qué le dijo Lily a Harry antes de que Voldemort la matara? Porque, si os fijáis, os daréis cuenta de que es imposible que una mínima parte de los recuerdos sean suyos, ya que son o bien de Lily o de un Harry que aún era un bebé. Y por cierto, Benedict Clarke (nuestro jovencísimo Severus), ¡es una preciosidad! Si es que me dieron unas ganas de abrazarlo y llenarle cara a besos. Aunque hay que admitir que se da un aire a Cristina Ricci en La familia Adams

Si os hablo de otro personaje importante en esta última parte de la saga, imagino que estaréis de acuerdo conmigo cuando os nombre a Neville. ¡Joder, cómo está el chaval! Eso sí es crecer bien y lo demás son tonterías. Aunque el que le hayan quitado el traje de obeso, la dentadura postiza y las alzas en las orejas (para ponérselas en plan soplillo) han contribuido a lograr este resultado. Ya sabíamos que estaba creciendo de forma llamativa, pero hay que reconocer que está muy bueno. Y que por fin, se le ha hecho justicia, porque ha sido un personaje muy ninguneado durante la saga, que estaba ahí de relleno para hacernos reír. Cierto es que la mayor parte de los toques cómicos de ésta edición vienen de la mano de Neville. Y eso me gusta, porque este personaje podría haber sido Harry. Él era el otro niño de la profecía y ha demostrado haberse ganado ese título. Además, tengo que admitir que Matthew Lewis me ha sorprendido mucho como actor. Siempre lo veíamos por ahí detrás haciendo alguna monería, pero esta vez ha tenido que llevar un gran peso sobre sus hombros. Ha sido él quien se ha enfrentado contra Voldemort, quien le ha dado la réplica a Ralph Fiennes estupendamente. 

 

Como ya comenté antes, el cambiar la historia de Dumbledore y crear algo nuevo e insulso (aunque basado en la realidad literaria) ha hecho que la escena de King's Cross perdiera mucho. Y por cierto, ahí sí que me mató la absurda obviedad de la que Harry hace gala en las últimas películas, cuando le dice a Albus que el patronus de su madre era una cierva, como el de Severus. Mi comentario en la sala: “Es para darle”. Realmente no entiendo el empeño del Dúo Maléfico por hacer que Harry parezca tan estúpido. Primero, consiguen que el personaje haga las cosas bien y con cierta lógica, para después darle frases de este tipo, que sólo consiguen restarle seriedad al personaje. 

Otro cambio en la historia es el que supone el final de la familia Malfoy… y me gustó mucho lo que hicieron. Se lo inventaron, pero fue una buena aportación al guión. Sobre todo al ver las dudas de Draco, el cómo mira para otro lado cuando su padre lo llama, pero va sin dudar cuando es Narcissa la que se dirige a él. Y el bofetón al malogrado orgullo de Lucius cuando su esposa aparta a su hijo de su lado. De hecho, aquí tuvo lugar otro de los momentos desternillantes de la película: el abrazo de Voldemort a Draco. ¡Qué cosa más patética pero tan bien hecha! Y no me refiero a que la escena esté mal o fuera forzada, sino a que es un momento tan surrealista que se convierte en algo real. Se nota que los abrazos no son el fuerte de Voldemort y que Draco, desde luego, no quiere recibir uno. Que a todas éstas, una pregunta que me surgió desde el momento en que vi a Voldemort llegando a Hogwarts y que se convirtió en de mis comentarios en voz alta: ¿tanto le costaba limpiarse la túnica? Aparte de eso, ¿cómo se la ha ensuciado? Porque hasta donde yo sé, Voldemort ha estado en el embarcadero matando a Snape o en el Bosque Prohibido esperando a Harry. No ha luchado aún. Sin embargo, los mortífagos sí han peleado y, ¡están todos limpios! Hay que ver los ejemplos que va dando Voldemort.

 

Lo que sí me ha faltado en la película es la declaración abierta de que Snape estaba de parte de Albus, delante de todos los magos que presenciaron la pelea entre Voldemort y Harry. Una cosa que no me gustó fue que Harry partiera la varita de saúco. Si al menos hubiera arreglado la suya primero y después roto la de saúco, lo hubiera entendido... pero lo que han hecho lo he percibido como una falta de respeto hacia la varita que ha acompañado a nuestro joven héroe durante tanto tiempo y que, recordemos, en la primera parte se 'movió' para atacar a Voldemort ella sola. Han ignorado todo lo que tiene que ver con las Reliquias y los Horcrux. La historia de las Reliquias está contada a medias y no se da a entender bien cuáles son todas las que existen ni la relevancia de estas. Y sobre los Horcrux... han mutilado esa historia y, quitando la diadema de Ravenclaw, no se explica que Voldemort quería algo de cada fundador de la escuela. Eso sí, ahí tenemos a Harry que sabe que el Señor Tenebroso quería destruir la diadema de Rowena Ravenclaw y que su hija le daba igual. Es más, un amigo mío que fue a ver la película sin mí (cosa rara porque solemos ir juntos) me llamó para preguntarme precisamente por este punto, ya que no le había quedado nada claro.

Durante el epílogo del mal casi tengo que atar a Heiko a la silla, porque nada más salir el cartelito de “19 años más tarde”, la escuché decir: “Entonces, yo me puedo ir ya”. No se lo permití, tenía que obligarla a que viera lo mal que han envejecido algunos de los personajes, concretamente uno rubio. Y lo guapo que se ha puesto Harry. 

Por supuesto, en cuando los créditos aparecieron en pantalla todo el mundo aplaudió... incluyéndonos a nosotras, aunque admito que el aplauso duró poco porque todas necesitábamos ir al cuarto de baño. En mi caso, es lo que tiene ver una película comiendo nachos, palomitas y una coca-cola grande. Y después de eso, tocaba comida pero como una fuma y ya está prohibido fumar dentro de centros comerciales y sitios cerrados en general, arrastré al equipo a la entrada. No éramos las únicas que estábamos allí fuera apelotonadas, pero tal vez sí las que más nos reímos, recordando todos los momentos eslaseros de la película: el abrazo de Tom y Draco, el abrazo de Tom y Harry (cuando éste lo coge del cuello para saltar al vacío), Draco sobre la escoba de Harry bien agarrado a éste, el comentario de Ron sobre escuchar cómo Harry habla en sueños, Harry intentando salvar a Severus, para que éste de su último aliento tras decirle “Mírame... tienes los ojos de tu madre”... Gritos, risas y toda la gente mirándonos, ¡pero qué les den! Eso pasa cuando meten tanto fanservice en la película final de una saga con tantos seguidores.

Después de mis cuatro o cinco cigarros tras unas cuantas horas sin fumar, entramos de nuevo al centro comercial para cenar, y desde ahí nos fuimos directamente de copas. Teníamos que celebrar, no sólo que habíamos visto la película, ¡sino que lo habíamos hecho juntas! Más risas, más miradas raras de la gente que captaba parte de nuestra conversación... vamos, lo que suele ocurrir cuando varias slashers se juntan y montan el numerito. Máxime si tenemos en cuenta que intentábamos corromper a una no-slasher, ¡y lo conseguimos! (O eso espero). Por supuesto, mientras buscábamos aire libre para que yo me envenenara, Heiko me miró sonriente y me dijo “Bueno, ¿harás el de ésta, no?”. Mi respuesta fue “Por supuesto, porque además ya he pillado que...”. Hacedme el favor de sustituir los puntos suspensivos por lo que os he contado hasta ahora, y lo que me queda por mencionar aún. Además, surgió la idea de volver a entrar a verla, pero decidimos ir al día siguiente, sábado. 

Dicho sábado, se publicó el artículo de la película anterior (después de una buena comilona a base de papas con mojo, un plato típico de mis islas) y llegamos un pelín tarde. Veroboned no pudo volver por otros compromisos, pero se nos unió Rowena, que no puedo venir el día anterior. Tuvimos problemas para encontrar transporte y, tras una caminata exprés de 15 minutos, llegamos a tiempo. Cierto es que Rowena se perdió los dos o tres primeros minutos, justo cuando sale Severus en la ventana de Hogwarts, pero como sabíamos que iba a ir con una amiga en otro momento, no le dimos mucha importancia. Desde luego, hubo más comentarios, más lloros, más risas... ¡Y más slash! 

 

¿Cómo acabó la noche? Pues no acabó, para ser sinceras. Después de cenar, Rowena se marchó y Heiko, Daynes y yo nos fuimos rumbo al hotel, pero al llegar allí, decidimos ir a tomarnos una copa a casa de Heiko. La última para terminar las celebraciones de ese fin de semana. Llegamos a las 12:30 de la noche y Daynes y yo nos marchamos a las 5:30 de la mañana porque debíamos irnos al aeropuerto y recorrer todo Madrid para llegar, aparte de ir a buscar el equipaje al hotel. Tenía que estar a las 6:15 en Barajas y aún sigo preguntándome cómo lo conseguí, después de que nos entrepecháramos entre las 3 casi una botella entera de Ron miel. ¡Cómo no! ¿Adivináis quién tuvo una hora de retraso en el vuelo? ¡Sí, Pescadora! ¡Esa misma! 

Con esto finalizo las anécdotas de ese fin de semana maravillosamente eslasero, pero aún tengo un par de cosas que comentar de la película: caracterización, maquillaje, efectos especiales, diferencia entre el 2D y el 3D y banda sonora. 

 

Voy a empezar por lo último. Siempre he considerado que una buena banda sonora es la que está ahí pero no sabes que está. No la notas, no molesta, simplemente está de fondo. Me quito el sombrero ante Desplat porque lo ha conseguido, aunque sigo queriendo apuñalarle por no poner el tema de Hedwig en la cabecera de la película. Es más, sólo aparece en una sola ocasión: no recuerdo en cuál exactamente, pero sólo la escuché una vez. Cabe destacar los momentos en los que la película queda casi en silencio… y digo 'casi' porque lo que no se escucha es la música, pero sí los pasos o la respiración de los actores. 

Esas dos veces en Madrid no han sido mis únicas visitas al cine, porque he ido dos más. En total, tres de ellas han sido en 2D y una en 3D. ¿Se nota la diferencia? Sí. ¿Merece la pena? NO. Este filme no está rodado en cinta para 3D, ni con las cámaras especiales para ello. Se rodó con la tecnología de toda la vida y después fue tratada informáticamente para crear el 3D, y eso se nota. Los efectos especiales están muy bien, son maravillosos y estupendos y en estos casos (como el viaje en vagoneta, el dragón rompiendo el suelo de Gringotts, las copas multiplicándose en la cámara, los hechizos volando durante toda la batalla...) el 3D está muy bien hecho. Se ha aplicado una tecnología informática sobre otra. El problema surge al aplicar este efecto digital en concreto sobre algo analógico, dando como resultado lo que yo llamo “efecto diorama”. Es decir, vemos a los personajes 'planos' (como si fueran cartulinas) una superpuesta a otra. Y se ve raro. Además, en mi caso particular (y sé que no es el único), uso gafas por problemas visuales, por lo que llevar unas gafas sobre otras es incómodo. Aunque cuando fui a verla en 3D, decidí ponerme las lentillas por si acaso era 3D: el cine donde fui a verla tenía puesto en la cartelera de su web la película en 3D, pero no sabía si podían tenerla en 2D. ¡Vaya dolor! Esta sala no tenía las gafas de plástico finitas y más o menos ligeras que te puedes llevar a casa. ¡No! Eran de las gafas grandes, gordas y pesadas que había que devolver al final de la representación ya que sólo funcionan para esa sala en concreto, por el tipo de reproducción del 3D. 

Otra cosa que me llamó mucho la atención de la película en general es lo luminosa que ha resultado ser. Para ser una película que ocurre principalmente en horario nocturno y por lo tanto en plena oscuridad, resulta 'clara' para la vista. Recordemos que el metraje de El príncipe Mestizo es muy oscuro y se pierden muchos detalles, por el tono grisáceo que predomina en toda la cinta. Y a pesar de ser una cinta 'luminosa' creo que Yates no tuvo en cuenta una cosa: el dolor de ojos provocado cuando Harry aparece en la estación tras su primer enfrentamiento con Voldemort. Los gemidos de dolor se escucharon por toda la sala, y personalmente me tuve que tapar los ojos un momento hasta que me acostumbré a esa claridad tan pura. No obstante, debo decir que creo que se debe al 3D, ya que al ver la película de esta forma y con esas gafas horriblemente pesadas de cristal gris, se seguía viendo con buena claridad e iluminación. 

 

Y ahora hablemos de maquillaje y caracterización. Sabéis que desde El cáliz de fuego hasta ahora, sólo me he quejado del pelo de Hermione, porque considero que ha terminado con el pelo liso en vez del arbusto que debería tener en la cabeza. O del cambio del aspecto de Filius Flitwick y Dumbledore (éste último por una razón de peso). Pero ahora quiero hablar de algo que debí haber hecho a la altura de El Príncipe Mestizo: Narcissa Malfoy. Hasta donde yo sé, y según Jotaká, esta aristocrática mujer es rubia platino, como su marido y su hijo. ¿Alguien puede explicarme por qué en la película parece una mala copia de Mónica Naranjo en sus 'años mozos'? No le veo una razón obvia: si la actriz no se quería teñir el pelo (como hicieron los gemelos Phelps o Tom Felton) que se hubiera puesto una peluca (como han hecho Jason Isaacs y Alan Rickman). En general, poco más hay que decir de la caracterización general salvo por el hecho de que, ¿esta gente no tiene más ropa? Lo digo porque durante varias películas Harry, Ron y Hermione han ido con el mismo modelito. Desde la tercera o cuarta van siempre vestidos igual. Lo mismo pasa con Dumbledore, que parece que sólo tiene su túnica gris por mucho que los que hemos leído los libros sepamos que a este hombre le gustan los estampados estrambóticos y los colores neones para sus prendas. 

Tampoco entiendo la siguiente cuestión de vestuario: según los libros, todos los magos visten con túnicas. Sin embargo, en las películas los únicos que las llevan son Voldemort y Dumbledore. ¿Es por algún afán de protagonismo? ¿Porque uno es la reencarnación de Merlín y el otro la maldad personificada? ¡Hasta Draco va con un Armani durante tres películas! Que le sienta genial, no lo discuto. Pero no sé... creo que de haber puesto a los nacidos de muggles y/o mestizos con ropa muggle y a los sangre limpia con túnicas, le hubiera dado un mejor toque de diferenciación entre la división sanguínea de la población mágica. 

Pero lo peor de todo, lo que más critiqué desde el principio, nada más comenzar (y que hizo que un chaval de la fila de delante nos mandara callar a Heiko y a mí, con la aprobación de Daynes y su “hasta un niño os tiene que decir que os calléis, ¡parad ya!”) ha sido el HORRIBLE maquillaje de esta película. No, en serio, de verdad: ¡que Severus parece un puto mapache! Entiendo que quisieran ponerle ojeras, pero de ahí a mostrarlo como uno de estos tiernos animales hay un abismo. Lo mismo me ocurre con la raya marrón de ojos que le han puesto a Aberforth. Se notaba mucho el trazo del lápiz y, para colmo, la raya le llegaba hasta las sienes. Y sí, lo he comprobado a lo largo de mis cuatro visitas al cine. 

 

Otra de las grandes cagadas y meteduras de pata en cuestión de caracterización y maquillaje ha sido Lily Potter y sus diferentes edades. No voy a criticar el hecho de que muchos de los actores están mayores para sus papeles, como Alan Rickman con sus más de sesenta años interpretando a un personaje que fallece sin llegar a los cuarenta. Edad que parecen tener Lily y James Potter cuando fallecen y eso que supuestamente deberían tener veintiuno. Aún así, lo puedo entender, puedo hacer el esfuerzo por dejar pasar el detalle ya que Alan es un gran actor y los Potter apenas aparecen en las películas. Pero por donde no paso es que me pongan a una niña haciendo de Lily con los ojos MARRONES para que después la Lily adulta los tenga también MARRONES (aunque mucho más claros que la niña, de hecho, son más bien pardos) y que se diga eso de “Tienes los ojos de tu madre”. ¡Coño! De los actores que interpretan a los Potter fallecidos es JAMES quien tiene los ojos AZULES, al igual que Daniel Radcliffe. Entiendo que nuestro héroe no soportara las lentillas, pero vamos, digo yo que a lo mejor los otros dos actores sí. Probarlo y darle un poco de coherencia al asunto no les costaba nada. 

Y ya, lo último que consigno sobre la cuestión del maquillaje es lo mal hecho que está el rejuvenecimiento de Severus. Lo he dicho, adoro a Alan Rickman, pero la cagaron soberanamente con el rejuvenecimiento digital que le aplicaron. Produce una sensación muy plástica, además de que le pusieron la nariz más grande de lo que la tiene Alan. En realidad, en toda la secuencia de los recuerdos sólo ha existido un momento en el que me ha gustado el efecto: cuando sube por las escaleras de la casa de los Potter medio a oscuras, y se ve un relámpago en la ventana que tiene detrás. Es el único instante donde esa aberración que le han colocado por cara ha tenido un pase. No obstante, el envejecimiento de los actores jóvenes para el epílogo sí está bien logrado. Con Draco se les fue la mano al ponerle tanta entrada... bueno, al dejar que las entradas que ya tiene se le noten tanto. E incluso con Hermione se quedaron un poco cortos, ponerle alguna arruguita más hubiera estado bien, y a Ginny le podían haber puesto otro peinado y zapatos, porque los que llevaba le quedaban fatal. Y por cierto, ¿visteis la mascota de Albus Severus? Lo digo, porque el niño se lleva a Hogwarts un hurón como mascota. ¿Querrá eso decirnos algo? ¿Algún tipo de venganza por lo del increíble hurón botador? ¿Es la confirmación de que los Potter y los Malfoy unirán sus líneas familiares gracias a Albus Severus y Scorpius? No lo sé, pero permitamos que nuestra imaginación vaya pro esos derroteros.

¡Por las barbas de Merlín! Iba a despedirme ya, pero me faltan un par de datos más que añadir. Lo siento... mentira, no lo siento xDD Ya sabéis que me gusta criticar hasta el más mínimo detalle, pero me iba a ir sin hablaros de LOS BESOS de la película. El de Ron y Hermione está muy bien hecho: es inesperado, fogoso e incluso divertido. Pero es que el de Harry y Ginny es la cosa más insulsa que he visto nunca. Parece que Daniel y Bonnie no tienen química para eso, porque el morreaco que se meten Daniel y Emma en la Parte 1 es muy salvaje. Así que no sé si es culpa de Daniel o de Bonnie, pero los besos que se han dado en pantalla son inverosímiles. ¡Que en esta película no se besan! Si miráis bien, veréis que el labio superior de Bonnie acaba bajo la nariz de Daniel y que el labio inferior de él está por debajo de los labios de ella. Lo único que rozan durante un milisegundo es el labio superior de Daniel con el inferior de Bonnie... Eso sí, de aquella manera porque vamos... ¡Si se lo dan en la comisura! Los dos tienen la cabeza torcida para el lado contrario, como si se dieran asco. 

 

Nuestro "querido Yates" (amigo de los fuegos artificiales y temeroso de conflictos adultos) se carga el momentazo "Y de mi alma, qué" que le suelta un muy moralmente ennoblecido Severus Snape. Y a esto le sigue (y no necesito coger el libro porque me lo sé de memoria), aquello de que ha visto morir a todos los que no ha podido salvar. Elementos estos que dan lugar a que el personaje sea aún más heroico. Pero como el Duo Maléfico ya se ha herniado la neurona antiemociones con el pacto Albus-Severus para proteger al chico, se conoce que ya no les cabía en el cuerpo otro conflicto íntimo más y no digamos si dicho conflicto es de carácter maduro y ético. En fins...

 

Os he copiado las palabras de Rowena, nuestra beta, en referencia al Dúo Maléfico, y en concreto hacia Yates y su mala costumbre de no explorar bien los conflictos emocionales en sus películas. Estoy de acuerdo con ella, y me atrevo a añadir que éste es el motivo de que en la recta final de saga cinematográfica no se transmita la carga emocional que lleva consigo cada uno de los personajes. Salvando a Severus en esta última y todo gracias a Rickman. 


Para terminar, lo único que puedo deciros es GRACIAS por estar aquí hasta el final. Por haber aguantado como auténticas campeonas todo lo que una servidora tenía que decir sobre las películas, los libros, sus fallos y anécdotas personales que os he contado. Por la acogida cariñosa de estos artículos y vuestros comentarios. 

Pero esto no termina aquí, porque como bien dijo Jotaká en la première “Hogwarts will always be there to welcome you home”. Y no sólo Hogwarts. Fandomium sigue aquí para todos nosotras, para crear nuevas historias, para ver ilustraciones asombrosas, traducciones maravillosas y fanvids excelentes. Por nosotras y para nosotras. 

Y como siempre ha sido, Intruders estará ahí para vosotras. 

Con cariño, 
Pescadora de Estigia.

 

P.D: Si no lo digo, reviento: el otro día vi una pregunta en tumblr cargada de razón y que me ha dado que pensar. Si un colmillo de basilisco puede destruir un Horcrux y a Harry se le clava uno cuando mata al basilisco en La cámara de los Secretos, ¿cómo es posible que 5 años más tarde Harry siga siendo Horcux de Voldemort? Curioso, ¿verdad? ¿Ha sido un despiste de Jotaká o existirá algún motivo oculto? 


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Comentarios: 2
  • #1

    Potterico (martes, 18 agosto 2020 12:01)

    Sobre la Pd, lo entendí como que Harry tenia que morir y aceptarlo para que la parte de voldemort muriera. Y como le dice Dumbledore a Snape en el recuerdo del pensadero "Y tiene que matarlo Voldemort, eso es esencial "
    Y toda la conversacion de que ha criado a harry como quien cria un cochino para el matadero.

    Nada, eso era. Mil gracias por todl el currazo, llevo dias con esto y lo agradezco.

    Pd:el odio al duo malefico es mutuo

  • #2

    EL MENDA (lunes, 15 enero 2024 01:44)

    Puede que jamás leas este comentario pero aún así lo escribiré ya que es un blog y se puede y eso: hace unos meses me leí los libros de nuevo y las pelis, cosa que llevaba años sin hacer, y buscaba una buena comparativa entre ambos medios…Muchas gracias por tu trabajo y que sepas que he disfrutado mucho leyendo tu contenido. Un saludo SPottero

    El pd tuyo final es muy interesante: es cierto q el veneno de basilisk puede destruir un horrcrux, no obstante entiendo q debe ser un daño severo, es decir, q si es un objeto lo parta o atraviese, siendo un ser vivo, debe matarlo, asi como hizo neville con nagini o el avada de V a Harry. O esto o una fumada de Jotaká xd

    Pd: veremos q tal la serie q estan preparando con todo (supuestamente) el contenido de los libros, esperemos q no cambien de director cada season y sea más espectacular q la versión cinematográfica .


    Snape PUTO amo