Negándome

Título: Negándome.
Pareja: Morgan/Reid.

Fandom: Mentes Criminales.

Clasificación: G.

Aviso: Relato creado para el Calendario de Intruders Slashzine 2012.

 

 

¤º°`°º¤ø¤º°`°º¤

 

Hace años que nos conocemos. Llevamos mucho tiempo trabajando juntos. Aún recuerdo el primer día que te vi entrar en la sala de juntas de la Unidad. A mis ojos y a los de muchos, eras sólo un niño. Y probablemente lo sigues siendo, a pesar de tus doctorados y tu sabiduría. 

Siempre nos hemos llevado bien, pero sé que he metido la pata. No pude contenerme. Lo sé. Lo admito. Tampoco tú. No me paraste y la cosa llegó hasta dónde lo hizo porque no te negaste. Besarte de esa forma... poder acariciar tu pálida piel, ver mis oscuras manos deslizándose sobre ti... fue delicioso.

Sin embargo, ahora las cosas han cambiado. JJ y García ya me han preguntado qué ha pasado porque te notan diferente. Todos estamos de acuerdo en que siempre has sido algo escurridizo, que no te gusta que te toquen, que no sueles entender las bromas y el sarcasmo porque te lo tomas todo de una forma muy literal. Aunque en los últimos años te habías abierto a nosotros. Te comprendemos y lo sabes. ¡Joder, sé que lo sabes! ¿Por qué has vuelto a ser el niño asustadizo que pisó por primera vez esta Unidad?

Hasta tú habrías notado el cabreo de las dos, que acertadamente me culpan a mí de tu cambio. Que JJ se haya dado cuenta lo puedo entender, nos ha visto trabajar juntos, sabe cómo somos. ¿Pero García, que siempre está con sus ordenadores y metida en su santuario? Si ella lo ha notado es que la situación es grave. Además, las dos me han increpado lo mismo: deja de gastarle bromas a Reid. Inocentes criaturas que se piensan que es eso. Pero tú y yo sabemos que no es eso. 

¿Tanto te cuesta dar un paso más en las relaciones humanas? Imagino que sí, si ha tenido que pasar tanto tiempo para llegar a la camadería a la que hemos llegado en los últimos meses, a pesar de que siempre te he visto como un hermano pequeño al que cuidar. Quizás sea eso. Pero no estoy seguro del todo, porque te recuerdo tontear con aquella actriz a la que ayudamos hace tantos años. Y estoy completamente seguro de que no ha sido la única vez. 

¿Es porque soy hombre? Si es así... soy el primero que debería tener problemas con ese hecho después de lo que me hizo Buford cuando era un niño. Pero quiero dar el paso y lo voy a dar. No voy a permitir que sigas evitándome ni que sigas escondiéndote. Quiero estar a tu lado y éste es el momento para hacerlo, ahora que todos se han ido y estamos solos trabajando en un nuevo caso. 

Veo cómo te levantas para ir a buscar un café. Dejo que te acerques hasta la máquina para levantarme yo también. Mis movimientos son rápidos, decididos pero silencios. Llegó a ti en el momento el que te das la vuelta, con tu café en la mano. Pego mi cuerpo al tuyo, haciendo que la taza se caiga al suelo, que tu espalda choque contra la pared y que me mires con los ojos desorbitados.

—Morgan —titubeas—, suéltame, por favor.

Te noto asustado, pero no digo nada. Sólo te miro fijamente antes de besarte. Al principio te quedas quieto y sé que no esperabas que volviera a besarte, incluso que lo desearas. Pero noto tus barreras rompiéndose según el beso se va prolongando. 

Me separo de ti... o lo intento, porque tus manos aferradas a mi camiseta impiden que me aleje mucho.

—No me dejes —susurras.

—No lo haré. 

Vuelvo a besarte y sé que no volveremos a alejarnos. 

FIN

Escribir comentario

Comentarios: 0